En un video viral, una estudiante de karate de tres años imitaba a su instructor. Con pasión y convicción, la pequeña repetía con su líder el credo del estudiante. Después, imitaba todo lo que su maestro decía y hacía… ¡y le salía bastante bien!

Una vez, Jesús declaró: «El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro» (Lucas 6:40). Les dijo a sus discípulos que para imitarlo, deben ser generosos y llenos de amor, y no juzgar (vv. 37-38), y discernir a quién seguirían: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?» (v. 39). Esta norma descalificaba a los fariseos, que eran ciegos guías de ciegos y llevaban a la gente al desastre (Mateo 15:14). Los discípulos quizás entiendan la importancia de seguir a su Maestro; su objetivo era parecer más a Jesús. Era importante que prestaran mucha atencion a la instruccion de Cristo sobre la generosidad y el amor, y la pusieran en practica.

Como creyentes que se esfuerzan por imitar hoy a Jesús, entreguemos nuestras vidas al Maestro por excelencia, para que podamos parecernos a Él en conocimiento, sabiduría y conducta. Solo Él puede ayudarnos a reflejar su carácter y generoso su amor.

De: Marvin Williams